jueves, 16 de agosto de 2007

Serie Paseos Por Buenos Aires

COSTANERA SUR: TURISMO SALUD



Usted… amante de esta inefable ciudad portuaria, la de los contrastes, la del damero arquitectónico, la de la fusión de razas, de estilos y de costumbres, tiene una cita los sábados en la Costanera Sur. Completamente reciclado, el paseo alegrará su espíritu, le proporcionará salud y, seguramente, lo hará recapitular sobre su posicionamiento en esta inefable City. Los entrados en años y memoriosos, recordarán las historias de sus abuelos, que evocaban las espléndidas escalinatas por donde era chic, allá por los ‘20, tomar fresco en verano. Los maduros, recordarán que en el ’30, con mallas enterizas y pudorosas, los bañistas frecuentaban esa playa de 6.00 a 11.00 y de 15.00 a 19.00. Había ducha, guardarropa y seguridad: todo por 10 centavos.

Entre los ’40 y los ’50 la vida nocturna copa la banca: en confiterías bailables, restaurantes donde se escuchaba música, se reía con Petitito Marrone o se contemplaban hermosos escenarios artísticos.
Los ’60, llamaron al norte: las piletas de Nuñez, El Ancla de Vicente López. Se deterioró el paseo costanero del sur. En los ’70 las aguas contaminadas se alertaban en carteles enormes y los monumentos aledaños fueron descascarándose. Reciclado, moderno, con amplias veredas, bancos que, vestidos con manteles, se ofrecen para el picnic: los sándwiches, los jugos, las vitaminas y el consabido mate (sin es amargo mejor).Sentada la familia, despliega la merienda o el almuerzo sobre sus superficies.

Usted puede ir temprano los sábados y ver la Columna que es una réplica del León Alado de San Marcos, con su toque veneciano. La Antena Monumental o el Mástil de los Italianos que recuerda la visita a Buenos Aires del Príncipe de Saboya en tiempos del presidente Alvear. Sobre una base de mármol, se aprecia una columna de bronce. Figuras femeninas, masculinas e infantiles la ornamentan. La columna, de 40 metros, se erigió en homenaje a nuestra bandera. Allí… allí no más, puede sentarse y deleitar la vista con la Laguna de los Coipos y ver asomarse tímidamente ,algún animalito en el agua, asustado de los ruidos, y la agresividad del hombre,. Y si sigue paseando, en la que fuera la Cervecería Munich, está la Dirección de Museos del gobierno de la ciudad, de límpido art-decó. Hay actividades culturales. A lo mejor tiene suerte y pesca alguna.

A las 15.00 se agruparán personas y guías y se emprenderá un recorrido especial: la Fuente de las Nereidas, de Lola Mora será la primera a observar. Es una valva inmensa, alrededor de la cual hay tres tritones con sus caballos y dos nereidas que sostienen otra valva menor, de donde surge triunfal la Venus. La realizó Lola Mora, la inefable artista tucumana. Todo en mármol de Carrara. No nos vamos a andar con chiquitas.
Y luego, despacito, se ingresará a la Reserva Ecológica Costanera Sur. Allí, el silencio será su cómplice: escuchará cigarras, cantos de pájaros. El viento meciéndose entre las copas de los árboles y otros sonidos que lo conectarán naturalmente con usted mismo y su mundo exterior. Mirará la vegetación con sus distintos tonos de verde; distinguirá las características de su follaje; atisbará algún animal que muerda frutos para alimentarse.

También puede quedarse sentado, desplegar sus colores y pintar, dibujar; o sacar su máquina de fotos o video y simplemente, registrar para siempre esta formidable experiencia. Escuche a los guías, tome apuntes, consulte lo que no le queda claro y camine, bébase el silencio y la tranquilidad. Las cortaderas lo saludarán junto a los plumerillos blancos. Los ceibales, los curupíes, el sarandí colorado y pajonales y pajonales… todo es auténtico, autóctono. Nada exótico. Tal cual lo vio Garay cuando llegó a estos lares. Alisos y sauces albergarán mirtos, garzas, macáes, gallaretas, caraos, patos y cisnes: volaran, o emitirán sus sonidos y hasta cantarán para usted. Las lagunas no se conectan con el río. Allí podrá ver los coipos y, si tiene suerte alguno que otro animal: peces, anfibios y reptiles de hábitos acuáticos. Los guías, jóvenes biólogos muy versados, se lo explicarán todo. Usted, disfrute…La calma sedará su cuerpo y su alma. Y desde algún rincón de ese paraíso, avistará las cúpulas, los relojes y la modernidad de la compleja Buenos Aires que también proporciona salud.


Vilma Lilia Osella
vil60per@yahoo.com.ar
vilmaosella@gmail.com

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