Vilma Lilia Osella
Dicen que fue un homenaje que su autor Leonel Viera le hizo a Astor Piazzolla, cuando el conocido y talentoso músico decidió vivir por estas costas. Hoy podemos apreciar el puente ondulado de La Barra que lleva el nombre de su creador. En tren de ser exactos, hoy son dos puentes idénticos para facilitar el tránsito, que en temporada estival, se eleva de manera importante. Por debajo, aún corre el bellísimo arroyo Maldonado, repleto de historias de otros tiempos que hablan de la vida tranquila y los mascarones de proa de algunos barcos. Al cruzarlo, se avistan las playas de arenas claras donde cada día se escriben las historias de este presente. Y si se mira al cielo, se encuentran los ojos de Dios y su bendición hacia este lugar especial que enamora.
Es que año a año con mayor fuerza, La Barra de Maldonado se convierte en un polo de atracción turística antes complementaria y hoy absolutamente independiente de Punta del Este. Este lugar que fue capitalizando de a poco a los turistas que no querían acercarse al ruido de la Punta tiene hoy su propia intensa vida social. Poco queda de los tiempos en que La Barra era un solar de tranquilidad. Hoy las discotecas, los bares, los paradores y las grandes casas han cambiado su cara y su paisaje.
La Barra forma parte del departamento de Maldonado y es uno de los espacios naturales más agrestes de la zona al estar sobre el océano Atlántico.
Grandes extensiones de una costa dorada y limpia permiten al visitante un paseo al aire libre así como el desarrollo de actividades al aire libre como la pesca, polo, paseos a caballo.
El tranquilo y espectacular espejo de agua, a veces bastante dulce, rodeado de una arena extremadamente fina en la desembocadura del Arroyo Maldonado y el océano Atlántico, es ideal para la práctica de deportes acuáticos como el aprendizaje de winsurf, canoas, kayak, motos acuáticas, natación.
Un paisaje espectacular para el disfrute total a pasos del puente es la zona de la Gorgorita hacia La Barra. Esta franja es una de las preferidas para la pesca de la corvina negra que llega a pesos mayores a los 10 Kg. en muchos casos. En esta playa (no apta para baños) además se dan cita los fanáticos de surf.
La Barra es hoy una zona de alto valor comercial así como una buena inversión si se tiene en cuenta el desarrollo vertiginoso en edificaciones y negocios que ha tenido los últimos 10 años. El Casino Hotel Mantra, el Casino Hotel Cipriani, el complejo privado Laguna Blanca y muchos más de gran nivel demuestran que la tierra en esta zona será un punto clave en los próximos años en inversiones en tierras que obtendrán seguramente buenos dividendos.
MANANTIALES, YODO Y SALITRE
Si se sigue la ruta principal, uno recala en José
Ignacio pasando por el balneario Buenos Aires y el pesquero "Pozo del Tiburón”. Sus paisajes marinos, el aire impregnado de yodo y salitre, las arenas doradas y las azules aguas del Océano Atlántico, hacen de Manantiales una oferta exclusiva para veranear o disfrutar. Los alojamientos, tanto en La Barra como en Manantiales son de alto costo y están ya completos para la primera parte de las próximas vacaciones. Pero uno puede usar la ciudad de Maldonado como sede y viajar a cualquiera de las dos playas.
Después de Maldonado aparece Punta de Piedras, varios pesqueros más y la popular Laguna Garzón que se puede cruzar en balsa (incluido en automóvil) hasta el otro lado donde hermosos bosques nos invitan a acampar. Y acampar no es privativo de los más jóvenes. Cualquier viajero puede hacerlo, termo, mate y yerba de por medio. Y si sigue viaje, llegará a la Paloma y Chuy.
MALDONADO, ANTIGUA Y SEÑORIAL
Maldonado es una de las ciudades más antiguas de Uruguay, ya que el origen de su nombre se remonta a 1530, cuando Sebastián Gaboto deja definitivamente estas tierras para regresar a Castilla. Queda en la bahía, el teniente de la nave “Santa María del Espinar”, don Francisco Maldonado quien determina su nombre. Y pronto una aldea de pescadores se agrupa en la zona.
Desde los comienzos de su vida social, esta ciudad se emparenta con el Turismo o las actividades afines. No deja, sin embargo la explotación de la ganadería que fuera una de sus primeras producciones. Sierra, bosque y mar es la oferta de su litoral. Es la capital del Departamento de Maldonado y en ella conviven nostálgicas reminiscencias de pasado con las más modernas concepciones arquitectónicas.
La gente la frecuenta en toda época del año y las actividades deportivas, culturales, educativas, comerciales y administrativas en su papel de capital de departamento, la convierten en un lugar de inevitable visita.
La Catedral y la plaza de San Fernando componen un dueto indisoluble. Las novias recorren la plaza antes de atravesar el atrio en el día de la boda. O lo hacen en auto, por la calle lateral, la 18 de julio, que se cierra para ellas. La plaza tiene un escenario sobre nivel, donde la música, la poesía, o las actividades políticas encuentran un espacio. Su arboleda es especial, con plantas añejas y otras nuevas; José Gervasio Artigas la preside con dignidad y el mural La Diligencia del uruguayo Castel Capurro le aporta el color.
El Museo de Arte Americano, en Treinta y Tres y Dodera, construido por Enrique Burnett como su vivienda, la que también habitó posteriormente Páez Vilaró, posee colecciones internacionales, precolombinas e iberoamericanas.
Ubicada en Artigas y Mercedes está la Azotea de Haedo, creada por el ex presidente uruguayo Eduardo Víctor Haedo, a fines de los 50. Es una casa de campo de típico estilo rioplatense con su mirador característico. Allí se exponen cuadros, se leen poemas y cuentos, se hacen debates… es una verdadera y exclusiva oferta cultural.
En la Av. José Batlle y Ordóñez, en el predio de la escuela Nº 7, está El Molino de viento más famoso de la zona. Y en Sarandí y Rafael Pérez del Puerto, la Escuela Ramírez un prototipo de las escuelas uruguayas de Maldonado, que se destacaron por su rigurosidad pedagógica. Finalmente la Casa de la Cultura ofrece, todo el tiempo, actividades culturales gratuitas desde octubre hasta marzo.
Para comer una buena parrillada, con gusto rioplatense y precios muy acomodados está “Lo de Rubén”, en Santa Teresa 864. También, La Carreta en Lavalleja y 18 de Julio y las pizzas de Sumo, en la esquina de la Plaza San Fernando. La Balanza, en Santa Teresa y 25 de Mayo.
Como Paseos de Campo son aconsejables El Sosiego conocido también como Lapataia, el Café del Alboreto y el Country Club.
Las sierras penetran en el mar y abren acantilados y grutas. Las cabalgatas nos comprometen a desafiar el viento. La cultura nos regala música de la mejor. Maldonado es más barato, lo que se compra en la 20 en Punta del Este, se consigue por menos de la mitad de precio en sus negocios coquetos y clásicos. Se puede ir a La Barra, a Manantiales, a José Ignacio para el lado de la Mansa o al Pan de Azúcar a comer tortas fritas de harina y leche. Hay movida nocturna para quien le cuadre. Sólo hay que decidirse y es mejor que sea antes de temporada alta. El dólar es el dólar.
miércoles, 5 de diciembre de 2007
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