martes, 14 de agosto de 2007

Serie: Paseos Por Buenos Aires

CASCO HISTORICO: se empieza por PLAZA DE MAYO

Frescos en la memoria argentina, están los hitos de la Plaza de Mayo. Escenario del primer paso hacia la Independencia, en 1810, cuando de llamarse Plaza Mayor, bautizada así por Juan de Garay, en la Segunda Fundación de Buenos Aires, se convierte en Plaza de la Victoria. Devenida Plaza de Mayo cuando Buenos Aires, estimulada por convertirse de ciudad en metrópolis, exigencias políticas que la apuraban para federalizar el país, la declara de facto epicentro de la vida pública: política, económica, religiosa y laica.
Una realidad que se perpetúa hasta hoy pasando por la Jura Pública de la Constitución en 1860; la explosión popular del peronismo, en 1945; la súplica de las madres con hijos desaparecidos y del obispo de Quilmes para reclamar justicia a la Junta Militar, desde 1976 y tantos otros episodios. Nada impide que este itinerario se haga por su cuenta y a pie, cuando se visita Buenos Aires.

UN PARQUE CON HISTORIA

Redondo, diferente, el Parque Colón será el inicio: antiguo emplazamiento de la Aduana, muestra en su centro el Monumento a Cristóbal Colón, concretado en mármol de Carrara, en 1910 y a pedido de la colectividad italiana para conmemorar el centenario. Luego, la Casa de Gobierno que se levanta donde antes el primitivo fuerte y la Casa de los Virreyes. De líneas italianizantes, su fachada posterior está construida en la tercera etapa de obra de la Casa Rosada. Luego, se puede ver el edificio Libertador, el Museo de la Casa Rosada, la Recova, la Sede del Antiguo Congreso hasta llegar nuevamente a la plaza donde el Monumento al General Belgrano, estético y ecuestre, obra de los escultores Carriere Bellesue y Santa Coloma, requerirá la atención del visitante. Fue emplazado en 1873 y muestra la figura ecuestre del creador de la bandera y autor de tantas obras políticas y militares que ayudaron a formar la patria.


El Banco de la Nación Argentina, de mármol y piedra, creado en estilo neoclásico por el arquitecto argentino Alejandro Bustillo, alberga el Museo Histórico y Numismático Argentino. A la entrada del Banco, previo al museo, se aprecia la fuente “Los Atletas”, obra del escultor uruguayo Zorrilla de San Martín. Pueden visitarse, en la misma vereda, el Banco de Crédito Argentino y la Catedral Metropolitana construida en el siglo XVIII y reconstruida en 1811 confiriéndole el aspecto actual que se asemeja al de la Madalaine de París, aunque algunos juren que se construyó antes. En su interior, se destaca el altar mayor, tallado en madera y dorado del Siglo XVIII. Entrando por la nave lateral derecha, se encuentra el Mausoleo del General José de San Martín, obra del escultor francés Carriere Belleuse. El Cabildo de la Ciudad de Buenos Aires que fuera sede del gobierno en la colonia, cuya fachada se remodeló en 1942, ostentando su actual frente de líneas italianas, refugia dos museos: el de la “Revolución de Mayo” y el “del Cabildo”.
No olvidemos a la Pirámide de Mayo: se erige en el centro de la plaza, fue edificada evocando el primer aniversario de la Revolución de mayo, en 1811. La actual pirámide, esculpida por Prilidiano Pueyrredón, reviste la original, hecha por el alarife Pedro Cañete. Tampoco la Sede del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, afrancesada, que se inauguró en 1892.

BUENOS AIRES Y PARIS

Veredas bordeadas de plátanos, construcciones ajustadas a concepciones urbanísticas barrocas, proyectadas por el arquitecto Burchiazo durante la intendencia de Torcuato de Alvear, la Avenida de Mayo se inauguró en 1894, con una espléndida procesión de antorchas. Tiene 1350 metros de largo y 30 de ancho. En sus edificios predomina el estilo francés, desde el Luis XIII al art nouveau, aunque haya algunos con rasgos italianos.
El viejo diario La Prensa, cuya construcción es un ejemplo de líneas francesas, alberga la actual Casa de la Cultura, que siempre ofrece espectáculos culturales de música, poesía, y toda manifestación de arte, completamente gratuita. Otros espacios devinieron en dependencias del gobierno de la ciudad .La alta mansarda del palacio, está coronada por una escultura de bronce de 6 metros y 4 toneladas de peso: es una mujer sobre un globo terráqueo, que tiene en una mano una farola y en la otra una hoja de papel donde el impreso “La Prensa”, hacía referencia al diario homónimo.
El Pasaje Roverano; el London City, donde escribía Julio Cortázar; la Calle Florida peatonal y comercial, son propuestas cercanas. Los hoteles y la arquitectura de la Avenida de Mayo, completarán esta aventura histórica que recalará en el Café Tortoni, fundado en 1858. Sus muros revestidos de madera y sus mesas de roble y mármol albergaron a figuras destacadas del arte mundial. Es el sitio imbuido de historia y poesía, donde Federico García Lorca consiguió que Lola Membrives estrenara sus obras, tras charlas y seducciones. Donde Alfonsina Storni, Pirandello, Arturo Rubinstein, Jorge Luis Borges y Jacinto Benavente fueron algunos de sus parroquianos. Actual café literario con su bodega que ofrece, día a día, un espectáculo artístico diferente, El Tortoni completa su oferta en el sótano, donde sigue funcionando la Peña. También suma a la oferta cultural la sala Alfonsina Storni. Un buen baño de historia para quienes deseen este tipo de refrescos.


Vilma Lilia Osella
vilmaosella@gmail.com
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