jueves, 7 de octubre de 2010

"De Ángeles y Arcángeles", poemario de Vilma Lilia Osella


De Ángeles y Arcángeles

Prólogo a la primera edición


Vilma Lilia Osella es periodista, investigadora de la verdad, sobre todo: poeta. Esto dice de su creatividad, fina sensibilidad, de una visión de la vida, con ojos que escrutan pero también que recrean. En el caso de Vilma, ansía llegar a la verdad completa que es Dios mismo; por eso busca y escudriña en la tierra, pero también en el cielo.

El tema de los seres angélicos es incursionado por nuestro mundo desde todas las tendencias. Los ángeles son amigables para la postmodernidad.
Vilma desea llegar a ellos, no desde leyendas sino desde una visión bíblico, teológica y espiritual. También humana y cotidiana.

Los ángeles que nos presenta son los ángeles bíblicos, aquellos que “hacen cumplir mandatos del Altísimo”, cuya presencia provoca admiración: “estaba encandilada por su brillo jamás alcanzado por los hombres” (Dominaciones, Potestades y Virtudes).
En su experiencia espiritual, el ángel: “divino Guardián” le hace “percibir el Trono Trinitario” (Custodios de Dios).
La verdad teológica, aquella que define al ángel por sus funciones y no por su naturaleza (Catecismo de la Iglesia Católica nº 329) está expresada en el poemario bellamente, con el símbolo poético apoyado en la verdad bíblica: “En los planos primordiales / el Padre los creó”. “Están en el plano máximo de la creación/ y descienden al servicio / solo por amor”. (Ángeles y Arcángeles).

Los tres Arcángeles reconocidos por la Escritura, Miguel, Gabriel y Rafael, a los que se muestra en sus funciones predominantes, tienen también su lugar en el corazón de la poetisa: a Miguel, como jefe de los ángeles del cielo, le sigue “un séquito”. Rafael, arcángel que acompaña y cura. Gabriel, el gran anunciante.
Ejemplifiquemos con Miguel, reconocido por su “¿Quién como Dios?” Aparece en palabras de la autora y a él se le puede decir con justicia: “Batiste al enemigo pisando su cabeza… libraste aquella batalla memorable”, aludiendo a su misión de jefe de la milicia angélica, en el combate con Shatán. (San Miguel Arcángel).

A veces interpreta el relato bíblico, llevando bellamente la Palabra a la palabra poética. En el poema: La Fe que Perdura, nos presenta a Sara, mujer de Abraham, sin tapujos en sus sentimientos negativos, viciados, y aun pecaminosos (precisamente como en la Palabra bíblica) pero también con toda la fe que despierta el anuncio de Dios, a través de los ángeles: “Ahora que estoy vieja y mi marido viejo? Dijiste. / Y ¿qué hago con el odio?/ ¿ Con ese amasado sentimiento que signó mi vida”?…/ Escuchaste la voz del forastero. / Y pensaste: “Él todo lo puede”.

Entre sus ángeles, aparecen los Ángeles Anónimos, preciosa descripción del ángel de la Guarda del siglo XXI, aquellos a quien puede decir: “Cargado de bondad /me das tu mano y me animas.../ Mensajero de Dios/ el día que me llame/ gustaré tu dulce compañía” (Ángeles Anónimos).
Estos dos últimos poemas nos maravillan en esa visión humana, “cercana” y cotidiana de los ángeles cuando cumplen su misión con el hombre.

Y el poemario nos deleita al final con una bellísima coronación: El poema Ángel de la Resurrección. Al principio decíamos que el ángel es definido, como lo define la Iglesia, fundamentalmente por su misión y ésta es de anunciante, mensajero de Dios.
La última poesía de este libro descubre además una verdad teológica que despierta la intuición mistagógica de lo que Vilma llama: “Verdad fundacional de nuestra histórica Fe”. El Ángel de la Resurrección, estimula precisamente nuestra fe en la mejor buena noticia que puede dar el Ángel:”Anunciaste a las mujeres que visitaban su tumba / que Jesús había resucitado / Y les diste satisfacción”.
Pero lo interesante es que la autora sabe conducir al meollo del misterio, la verdad última, que da razón de nuestra fe y la convierte en la mejor de las buenas noticias porque justifica la verdad de nuestra propia vida en Dios para siempre: “No dijiste ni hoy ni ayer ni antes de ayer / Solo dijiste que Él se levantó de los muertos…/Ángel que nos habla a nosotros / de nuestro retorno /instante por instante”.

Vilma termina, conduciéndonos de la mano, al misterio de fe revelado a nosotros, nada menos que por los ángeles y los arcángeles… Después de saborear su libro, podemos saborear más el misterio de Dios en sus creaturas.



Yolanda Lourenço
Profesora de Literatura
Lic. En Ciencias Sagradas

1 comentario:

vilma lilia osella dijo...

El poemario "De Ángeles y Arcángeles" se vende en la libreria de la parroquia de Loreto, Coronel Díaz y Juncal.