jueves, 30 de septiembre de 2010

Enjutas Los rinconcitos de Dios

Enjutas
Los rinconcitos de Dios
de: Vilma Osella y
Jorge Rigueiro García

Me asomo a “Enjutas: Los rinconcitos de Dios”, Editado por Alba Ediciones, desde el embeleso de una portada diseñada por el Arq. Percy Hill, que promete las maravillas que me aguardan en el corpus del libro.
Un estudio preliminar exhaustivo, histórico, artístico, científico, del Lic. Jorge Rigueiro García, me acerca al significado de una de las palabras que componen el nombre de este libro: Enjuta (también llamada albanega). Me remonta a la Roma del S. VII A.C., y continúa en un recorrido tan rico como fascinante, - cito- por “la riqueza de los materiales y la belleza de las formas”.
Jorge pide, “el guiño cómplice” del lector, al divisar en las enjutas esos rinconcitos de Dios que propone el título.
Nada es casual en este libro de Vilma Osella y Jorge Rigueiro García; tras la aparente rigurosidad de un vocablo casi de exclusivo uso arquitectónico, surgen los maravillosos rinconcitos de Dios, que acercan, desde el diminutivo no inocente –acaso hay palabras que lo sean?- el albergue cálido que dará al lector el disfrute de las poesías de Vilma.
La poeta, en el prólogo, habla del rescate del juego lúdico “entre sorbitos de té y algún scon que endulzaba el alma”, dice Vilma. Y es que, solo así, con convicciones profundas, ciertas complicidades, y la certeza de estar recorriendo un camino sólido y compartido, puede darse una obra como la que hoy presentamos: una prueba de maravillosa integridad entre la erudición y el arte inspirado por Dios.
En los poemas hay una puesta particular de la mirada poética en un análisis introspectivo que guía la profunda fe de su autora.
Hay penetración y agudeza en ese juego dicotómico que se permite la lírica de Vilma, y en la acertada elección de las imágenes que son, en verdad, la propia génesis de los poemas. Hay, también, una refulgencia intrínseca en el lenguaje poético, y una atinada matización de la palabra, su instrumento expresivo, capaz de captar, en sus gradaciones más sutiles, toda una gama de sensaciones, sentimientos e ideas, que hay en la intimidad del enlace lírico.
Dice Vilma en Santa Sofía:

“… Allí donde se gestó
el Universo y todo fue forma
yo estaba.

Y hoy que veo el Principio
que al dibujo se asoma
estoy estaba estoy.
Y soy.”

Vilma muestra, en su universo poético, una duplicidad constitutiva polarizada en dos círculos concéntricos, a veces antagónicos: el del mundo interior y el del contexto circundante, unidos en su mente creadora por una idéntica percepción, volcada hacia los paisajes del alma y hacia el mundo innegable.
La escritora logra, con su poesía, penetrar en lo más íntimo del lector, a pesar de la dificultad del ordenamiento de este mundo, cuya luminiscencia encubre la imprecisión del misterio de la fe. Nos dice Vilma, a través de una metafísica amorosa y sutil, en su poema “Santa María Novella”:

“…Un paisaje de ida y vuelta.
¿Albergue?
¿adónde iremos?
Nos sostiene el amor
de Dios Madre.

Es hora de aceptar esta casa.”

¿Cómo definir a una poeta que es capaz de transmutar su verdad más íntima en un milagro de perfección estremecida, hecha de gracia y de esperanza?
Solo puedo decir que Vilma Osella se ha mostrado ante mí, en este poemario, como una verdadera música de la palabra.




Graciela Bucci

1 comentario:

vilma lilia osella dijo...

El libro Enjutas. Los Rinconcitos de Dios, de Vilma Lilia Osella y Jorge Rigueiro García, se vende en la librería de la parroquia Nuestra Señora de Loreto, Coronel Díaz y Juncal y la Librería Cultura, en Billingurt y Las Heras.